Ministerio de Diáconos
«Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Marcos 9:35.
Lo que mueve Nuestro ministerio
El propósito de congregarnos es que cada uno ponga al servicio los dones que Dios nos ha entregado y, claramente, somos bendecidos al ser parte de este equipo. Disfrutamos de poder recibir a nuestros hermanos el día domingo a la llegada del culto, entre otras labores de confianza y honestidad.
Nuestro labor es aportar para que en el culto dominical sirvamos a la novia, la iglesia del Señor Jesucristo.
Participa con nosotros
En nuestro ministerio pueden participar los hnos. y hnas. que hayan realizado el curso de Vida Abundante y que se encuentren registrados como miembros de nuestra Iglesia Encuentro con Cristo. Además, que asistan regularmente a las reuniones y actividades propias de la iglesia.
Días de reunión
Nos reunimos cada primer sábado del mes, a las 16:00 hrs. en la cocina de la Iglesia.
Principales labores
Este día se prepara y dispone lo necesario para celebrar la Cena del Señor en el culto familiar del primer día domingo del mes. En esta labor destacamos la preparación del pancito y el vino, la ornamentación, disposición de utensilios, manteles, etc.
Liderazgo y colaboradores
El liderazgo del ministerio de diáconos cuenta con el apoyo de hermanos que son colaboradores del ministerio. Colaboradores: Jorge Jorquera, Erika Ulloa, Gina Bravo, Inés González, Sara Valenzuela, Violeta Umaña, Jenny Rossi, Luis Sepúlveda, Marco Zamora, Guillermo Cárdenas.
Edith Astudillo
Liderazgo
Vicky Pérez
Liderazgo
Isabel Villarroel
Liderazgo
Te invitamos a ser parte de nuestro ministerio
Invitamos, con mucho cariño, a nuestros hermanas y hermanos miembros, a ser parte activa del cuerpo de nuestra Iglesia Encuentro con Cristo, a través del Ministerio de Diáconos, donde podrá desarrollar su vocación de servicio al Señor y compartir en compañía y armonía con los hijos de Dios.
1 Pedro 4:10 «Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios».