26 de agosto 2023
Juan 11: 32 “María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano”
¿Puede el Señor Jesús amarnos realmente y aun así permitirnos pasar por el dolor y el sufrimiento en esta vida?
Jesús tenía una relación de amistad muy cercana con María y sus hermanos Marta y Lázaro y era de esperarse que él actuara milagrosamente cuando Lázaro enfermó, para que este no muriera, tal y como lo había hecho con tantos otros; sin embrago Jesús no llegó sino hasta el cuarto día de su muerte, cuando toda esperanza de vida se había perdido.
Cuando el Señor se enteró que Lázaro había enfermado sus palabras fueron esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, y efectivamente eso fue lo que ocurrió, Lázaro resucitó después del cuarto día y Dios se glorificó. Pero María y Marta no conocían el desenlace final de lo que sucedía; y vivieron el gran dolor y el sufrimiento de perder un hermano.
Al ver llegar a Jesús, sus palabras fueron “Señor si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano” así mismo cuántas veces nosotros nos hemos hecho esta misma pregunta “Si el Señor hubiera” si el Señor hubiera intervenido, obrado, actuado allí, eso no habría pasado, y si bien es cierto que Jesús no estaba físicamente presente, en el hogar de Marta y María cuando enfermo Lázaro, él siempre supo lo que pasaba.
De este hermoso relato y su final hemos de saber dos cosas importantes: lo primero es que el Señor siempre tiene conocimiento de todo lo que nos pasa y él nunca nos abandona sobre todo en medio del dolor, él se duele y sufre con nosotros. “El Señor se estremeció en espíritu y se conmovió” por el dolor de ellas y de las que estaban allí. y segundo es que todo aquello que él permite que nos pase será para lo gloria de Dios, y para el cumplimiento de su perfecta voluntad.
Amado Señor, te damos muchas gracias por tu palabra que nos permite ver tu amor y compasión, aún en aquellos momentos donde parece que solo tu silencio nos acompaña y no vemos tu actuar, ruego nos ayudes a confiar en tus planes perfectos y en el saber que un día veremos tu gloria.
Amados hermanos que la gracia del Señor Jesús nos permita Seguir Creando Puentes de seguridad de la presencia permanente de Dios en nuestra en vidas y sobre todo en medio del dolor.
Punto de reflexión.
¿Se ha sentido usted alguna vez, en medio de su gran dolor, abandonada o abandonado por el Señor? Déjeme decirle que Jesús también se sintió así, allí en la cruz del calvario, en el momento de su más profundo dolor.
Sin embargo, la verdad es que el padre jamás lo dejó solo, era necesario que él pasara por ese momento para poder cumplir así su propósito, y darnos salvación y vida eterna.
Que el Señor les bendiga. (Mercedes Cobeña)
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